La cuarentena cumple un mes y el acatamiento fue de mayor a menor

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Hoy se cumple el primer mes desde que el presidente Alberto Fernández puso en marcha la cuarentena obligatoria. El avance de la pandemia del Covid-19 en el mundo, su llegada a Argentina y la falta de una vacuna para combatirla generaron que el aislamiento fuese el único remedio para evitar su propagación. Apoyado por la Organización Mundial de la Salud y una mesa de varios expertos epidemiológicos, Fernández –desde la Quinta de Olivos– hizo un anuncio histórico: desde el 20 de marzo, a las 0 horas, empezaba a regir el confinamiento total en nuestro país. En ese momento, solo algunas actividades fueron exceptuadas, entre ellas las de venta de artículos comestibles, farmacias, ferreterías, entre otras.
Podemos afirmar que, a un mes de haberse iniciado la cuarentena obligatoria, su acatamiento fue de mayor a menor, circunstancia que también tiene estrecha relación con las flexibilizaciones que se registraron durante este período.
En la primera etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio, al haber menos actividades exceptuadas y un menor impacto en lo económico, casi en su mayoría la población acató la medida presidencial, con altibajos, pero con una fuerte presencia de agentes de seguridad que se encargaban de garantizar el cumplimiento del decreto de necesidad y urgencia firmado por Fernández.
Sin embargo, con el correr del tiempo, la relajación de la comunidad fue inevitable. Los controles perdieron exhaustividad y el Gobierno se vio obligado a flexibilizar el número de actividades exceptuadas ante los síntomas que empezaba a exteriorizar una economía en crisis.
La primera parte de la cuarentena, prevista hasta el 31 de marzo, tuvo, en sus últimos días, una fuerte baja en el acatamiento social. Esa situación se agudizó luego de la prórroga que hizo Fernández del confinamiento hasta el próximo 26 de abril. Desde entonces el aislamiento dejó de serlo para muchos, quienes salieron a la calle, con justificadas razones o no, sin que fueran advertidos o sancionados por las fuerzas de seguridad, que –de cierto modo– se vieron desbordadas ante la cantidad de personas que decidieron romper la cuarentena.
Todavía le queda una semana al aislamiento que decretó Fernández y hoy, con 11 nuevas actividades exceptuadas, se cree que la cantidad de personas en la vía pública será todavía mayor. Ahora el objetivo es otro y tiene que ver con que se cumplan las medidas sanitarias para evitar que el coronavirus encuentre puertas abiertas para entrar en nuestro departamento o en Mendoza en general. Si eso sucede, el esfuerzo realizado durante la cuarentena obligatoria habrá sido en vano y, no solo eso, el Gobierno se verá obligado a promover una vez más el encierro.
Si bien restan 7 días de cuarentena obligatoria, la flexibilización que tendrá desde hoy en Mendoza desviará la misión de la Policía. Ya no serán tan exhaustivos los controles para determinar por qué una persona está en la vía pública, sino que deberán garantizar el uso del tapaboca, que se respete el distanciamiento social y que en centros de cobro asistan personas según su terminación de DNI.
Son muchas las actividades que aún permanecerán cerradas o restringidas en su funcionamiento. Al menos por esta semana no habrá restaurantes, bares ni locales de diversión nocturna, tampoco gimnasios, peluquerías ni obra privada. Las oficinas de la administración pública permanecerán cerradas y las clases, en todos sus niveles, seguirán siendo virtuales.
La clave está en lo que pueda suceder a partir del lunes 27 de abril, cuando haya vencido la segunda etapa de la cuarentena obligatoria. Probablemente algunas actividades, como las clases, seguirán sin ser presenciales, quizás también la administración pública, que hoy solo ofrece guardias mínimas. Se cree que la actividad privada podrá funcionar, aunque con medidas sanitarias que obligadamente deberán cumplir.
En definitiva, se cumple un mes de la decisión que marcó un antes y un después en las costumbres sociales. Hay, sin dudas, un nuevo paradigma que consolidó el coronavirus en el mundo y cuyas consecuencias no se limitarán al levantamiento de la cuarentena, sino se extenderán de forma indeterminada en el tiempo. Hay otro mundo, deberemos amoldarnos a él.

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