Brasil: un empleado murió en un supermercado, lo taparon con sombrillas y el local siguió abierto
El repositor de un supermercado de la ciudad brasileña de Recife murió dentro del establecimiento, que para seguir abierto a los clientes tapó el cadáver con sombrillas e improvisó un cerco con cartones. Sucedió en un local ubicado en el barrio Torre, de la ciudad capital del estado de Pernambuco. Un representante de ventas llamado Moisés Santos, de 59 años, trabajaba ubicando productos en las góndolas cuando sufrió un infarto que le provocó la muerte.
Con el cadáver en el suelo, empleados taparon el cuerpo utilizando sombrillas que se comercializaban en el supermercado y lo cercaron con cajas para que el local siguiera funcionando.
El cuerpo estuvo tendido desde las 7.30 hasta las 11, mientras los clientes seguían con sus compras. Luego llegaron los integrantes del Instituto Médico Legal y lo retiraron. «Se podía ver el cadáver. Entonces los clientes se fueron dando cuenta del suceso y salían del supermercado», contó Renato Barbosa, otro representante de ventas que trabaja dentro del establecimiento poniendo productos en las góndolas. La empresa asegura que siguió todos los protocolos durante el socorro y después del fallecimiento del hombre.
El episodio ocurrió el viernes pasado, pero tomó fuerza este jueves a partir de la divulgación de las fotos en las redes sociales, lo que provocó críticas e indignación de parte de decenas de usuarios.
«Solo pensaron en el dinero. Es una sensación horrible», dijo la esposa
Odeliva Cavalcante, quien estuvo 29 años casada con Santos, dijo que recibió la noticia cuando estaba viajando en transporte público por Recife. «Me llamaron para avisarme que mi esposo había sufrido un ataque y murió en el lugar», contó.
Señaló que sintió «mucha indignación» al enterarse de que el cadáver de su marido había sido cubierto con sombrillas para garantizar el funcionamiento del supermercado. “El ser humano no vale nada. Creo que es una cuestión de respeto. Al menos hubiesen cerrado las puertas, pero no pensaron en eso. No pensaron en la persona. Solo pensaron en el dinero. Es una sensación horrible”, concluyó Cavalcante.
Moisés Santos no era empleado de Carrefour, sino que se desempeñaba como repositor para una compañía alimenticia. Había llegado temprano para ubicar en las góndolas los productos de la empresa para la que trabajaba, hasta que sufrió el ataque cardíaco.
Fuente:diariosanrafael