Cumbre del Mercosur: Alberto Fernández Y Jair Bolsonaro volvieron a chocar por Venezuela y Bolivia
Ninguno de los dos quiso ir al choque frontal, con la intención de preservar la frágil tregua iniciada el 1 de diciembre pasado con la reunión virtual entre ambos. Con modos diplomáticos, y durante la cumbre de jefas y jefes de Estados del Mercosur en la que Argentina asumió la presidencia pro-témpore del bloque común, el presidente Alberto Fernández y su par brasileño, Jair Bolsonaro, volvieron a chocar ayer, y quedaron expuestas sus visiones contrapuestas sobre la situación social y política en Venezuela y el proceso que en Bolivia determinó la asunción de Luis Arce como nuevo presidente de este país.
«La democracia está en la esencia del Mercosur. Tenemos que tener una actitud proactiva en defensa de las libertades de la región», dijo Bolsonaro, sin mencionar a Venezuela pero en claro pedido de una postura de condena del régimen de ese país. Un día antes, y en la reunión de cancilleres del Mercosur, el canciller brasileño Ernesto Aráujo habíacalificado de «dictatorial» y de «plataforma del crimen organizado» al régimen de Nicolás Maduro. La respuesta de Fernández llegó hacia el final de la reunión, y ya habiendo asumido la presidencia del bloque regional.
«Coincido en que hay que profundizar lazos y terminar con barreras, como dijo el presidente Bolsonaro. También en defender la democracia, por eso celebro el retorno a la democracia de Bolivia», dijo el Presidente, en una elegante salida al planteo de su colega brasileño y en renovada defensa de la incorporación de Arce al bloque regional, uno de los pedidos de Fernández en su discurso, que contiene la intención de equilibrar la composición ideológica del espacio común con la inmediata incorporación de Bolivia.
La defensa de Fernández a Arce contiene, además, otra contradicción. Mientras Fernández nunca reconoció el gobierno interino de Jeannine Añez en Bolivia luego de las elecciones consideradas fraudulentas en las que Evo Morales buscaba su reelección, Bolsonaro fue de los primeros presidentes en reconocerla.
Más allá de los escarceos por Venezuela y Bolivia, Argentina asumió de manos de Uruguay una presidencia que se presenta complicada por la explícita decisión de sus socios, Brasil, Uruguay y Paraguay, de avanzar en la flexibilización de los acuerdos con otros bloque regionales como la Unión Europea, firmado y cerca de ponerse en práctica durante la gestión de Cambiemos, y acuerdos con otros países y regiones, resistidos por la diplomacia argentina.
Durante la reunión de jefes de Estado, y sin menciones a la situación política y social de Venezuela, el Presidente abogó por «un Mercosur convertido en nave insignia de la inclusión social» y la creación de un «continentalismo solidario», una postura diferente a la de sus socios regionales, que pidieron «dejar de lado las ideologías» a la hora de concretar acuerdos.
«Como dice el Papa: en ningún lugar del mundo, nadie se salva solo. Necesitamos más y mejor Mercosur», agregó el Presidente, y pidió «identificar acciones para recuperación económica sostenible e inclusiva», en respuesta a la búsqueda de acelerar acuerdos bilaterales con países como Corea del Sur o Israel, pedida por el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou. «Hay que comenzar por los últimos», dijo Fernández, acompañado por el jefe de gabinete Santiago Cafiero y el canciller Felipe Solá. Y destacó que «no hay economía robusta con economías internas desnutridas». Reiteró su búsqueda de la «universalización de la solidaridad, con matices y diversidad, como lo hemos comprendido en esta pandemia», dijo el Presidente, que también hizo una referencia a la problemática ambiental, y pidió «cuidar nuestras selvas y bosques nativos, tanto como nuestro agua», un tema que eriza la piel de Bolsonaro, opuesto al acuerdo climático de París y sus políticas de cuidado ambiental. Más allá de las tensiones, desde el Gobierno insisten en la necesidad de avanzar en el «deshielo» en la relación bilateral con Brasil.
Pedido por Bolivia
Fernández insistió en el pedido de incorporación de Bolivia, sostenido por Solá en la reunión de cancilleres del martes. «Será un enorme logro en ese camino de integración, un hito que debemos seguir profundizando», afirmó el Presidente, con el presidente boliviano Luis Arce (MAS) como invitado a la reunión virtual.
En su discurso, Fernández pidió continuar con la exportación de alimentos al mundo pero puso reparos a los acuerdos bilaterales con otros bloques y países. «Tenemos que abrirnos preservando nuestras economías, sin una apertura frívola, sin cerrarnos tampoco al mundo de manera anacrónica», afirmó, y pidió analizar cada acuerdo «de la mano con nuestro sector empresarial» y buscando «firmar instrumentos realistas, posibles, para mejorar nuestras economías y sin afectar nuestro empleo».
«Nadie se salva solo, empecemos por el Mercosur, que es nuestra casa común», concluyó Fernández, en otra cita al papa Francisco, y antes de que el presidente de Paraguay, Mario Abdo pida «por favor» abrir las fronteras entre ambos países, que están cerradas desde el inicio de la pandemia por el coronavirus.
Una vez terminada la ronda de discursos (hablaron además, y entre otros, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y los cancilleres de Colombia y Ecuador, invitados al cónclave) Fernández recibió entre bromas y de manera virtual la presidencia del Mercosur de manos de Lacalle. «Me hago cargo del Mercosur en un momento difícil, pero con mucho entusiasmo porque veo que todos estamos en una misma sintonía», afirmó en un intento por diluir diferencias que, una vez más, quedaron expuestas.