Analizan reforzar el aislamiento por temor a la nueva cepa de coronavirus

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Llegó ayer el último vuelo desde Londres tras la decisión de suspender los arribos desde el Reino Unido. El Gobierno ahora analiza cerrar las fronteras del país.

El país transita un alerta mirando a Europa con países que se blindan ante el temor por la nueva cepa de coronavirus y el llamado rebrote que también se teme en la Argentina, además de la preocupación por la suba de casos que se advierte en la provincia como en la Ciudad de Buenos Aires.

Anoche el Gobierno analizaba la posibilidad de cerrar las fronteras del país.

Ayer, el ministro de Salud, Ginés González García, mantuvo una reunión extensa con los epidemiólogos que asesoran al Gobierno para analizar tanto el nivel de casos de Covid-19 en el país como lo que sucede en el mundo. Dijo que allí no resolvieron medidas en particular como el cierre de fronteras y contó que en ese sentido ”nosotros vamos a tomar todos los días, porque nos juntamos todos los días, las medidas necesarias, pero hoy no se trató de eso, no era este el ámbito. Vamos a estar atentos a lo que pasa y vamos a tomar todas medidas que sean necesarias” . Además, dijo que “el gobierno está atento todos los días a cada una de las cosas que pasa. Nos comunicamos con los ingleses y estamos atentos a como está todo el mundo pero nosotros con el Malbrán montamos todo el mecanismo y nosotros también hacemos control de genoma.”

El aumento de casos en Brasil y la decisión de ese país de no impedir la llegada de turistas ingleses, podría definir el cierre de las fronteras argentinas, algo que ya dispuso Uruguay en su territorio para controlar el ingreso desde países limítrofes.

Ante el temor al rebrote o a un aumento mayor de contagios, Axel Kicillof llamó a extremar los cuidados para amortiguar los contagios de coronavirus.

“Estamos ante una temporada atípica, pero también la situación y el futuro es complejo e incierto. Debemos saber que la pandemia no terminó, por lo que debemos seguir cuidándonos y no bajar los brazos”, dijo el bonaerense desde el hotel Provincial de Mar del Plata, tras el lanzamiento del operativo de verano.

Kicillof explicó que, a pesar de que se evidencia un “estancamiento en la caída de contagios en la Provincia como en la región Metropolitana”, en otros lugares “vemos un crecimiento”.

“A medida que fueron cayendo los casos, obviamente, se produjo una tentación muy fuerte, además del agotamiento por todos estos meses, que parece que se relajaron algunas medidas de seguridad”, alertó.

La Ciudad de Buenos Aires, en cambio definió reforzar los controles pero no hizo advertencias a pesar de la evidencia de una suba de casos de contagios que muestran que se detuvo la “meseta” y comenzaron a sumarse casos positivos. El sábado, por ejemplo se registraron 538, lo que aumentó el promedio semanal que es lo que mide el Gobierno porteño. Nuevamente ayer, el ministerio de Salud de la Ciudad, reportó unos 400 casos que superan el promedio semanal de 350 que puntea el área que conduce Fernán Quirós. Por ahora, el Gobierno porteño apunta a evitar las llamadas fiestas clandestinas como un punto clave en los contagios en un momento de distensión de los vecinos sobre las normas de prevención y ante la llegada de las fiestas de fin de año. Ayer, con 5.853 nuevos contagiados en el país, la provincia de Buenos Aires reportó 2.049 con un total acumulado de 654.186; Santa Fe 801 y la Ciudad de Buenos Aires 490.

Provincias, como Tucumán, disponían ayer la obligatoriedad de una cuarentena para quienes lleguen de Europa o África, donde se había detectado otra nueva cepa de coronavirus.

Mientras, el último vuelo permitido por la Argentina desde el Reino Unido aterrizó ayer en Ezeiza.

El vuelo BA245 de British que partió de Londres, con 176 pasajeros, llegó tras el arribo de un avión de Air France que llegó desde París, y otro de Iberia que voló desde Madrid. Como los aterrizajes fueron con minutos de diferencia, los pasajeros del avión que llegó del Reino Unido debieron esperar hasta que el sector de migraciones estuviera vacío para comenzar el operativo especial que se diagramó para el ingreso al país. Allí se dispuso el control y seguimiento de los pasajeros que debían traer el test de PCR con resultado negativo. Se les tomó la temperatura de automáticamente con las cámaras térmicas y a los que no tenían el PCR se les realizó el examen que arrojaba el resultado a los 90 minutos,. Una vez que daba negativo podían ingresar dejando constancia del domicilio donde deberán permanecer siete días de aislamiento, medida que definió el ministerio de Salud.

De esa manera se organizó “una especie de burbuja” con los pasajeros provenientes de Londres con cierto margen para el control debido a que otros cuatro vuelos que se esperaban daban tiempo suficiente para evitar el contacto con las personas que viajaban en ellos. La Argentina se sumó así al cierre del ingreso de nuevos vuelos provenientes del Reino Unido, tal como hicieron, entre otros países, Alemania, Italia, Bélgica, Irlanda y Chile que suspendieron su vinculación, tanto aérea como terrestre o marítima, con Inglaterra.

Fuente: Ambito

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