Cada vez falta menos Manu Ginóbili, al Salón de la Fama: cómo hizo para conquistar la NBA y convertirse en leyenda
Emanuel Ginóbili está a horas de que su nombre quede grabado para siempre en la meca del básquetbol mundial. Este sábado desde las 19 será la gala para su ingreso formal al Salón de la Fama de la NBA en Springfield, Massachusetts. Su ex compañero y amigo Tim Duncan hará de orador principal en el recibimiento del bahiense que será el primer argentino y el tercer latinoamericano, junto a los brasileños Oscar Schmidt y Ubiratan Pereira, en recibir este reconocimiento.
La historia de Manu es particular. Desde que comenzó a picar la pelota siendo un niño en el club Bahiense del Norte soñó con dedicarse al básquetbol. Sin embargo, rompió todos los límites establecidos para un deportista argentino en este deporte y rediseñó la historia.
Asomó con fuerza en la Liga Nacional, se convirtió en el mejor de Europa y en uno de la ases de la Selección Argentina. Y luego, se convirtió en una estrella de la mejor liga del mundo. Aquí, su primer y último gran momento en la NBA.
El ex escolta fue seleccionado en la posición 57 del Draft de la NBA (sistema utilizado para elegir a las futuras promesas) el 30 de junio de 1999 en el MCI Center de Washington cuando por entonces defendía la camiseta del Reggio Calabria de Italia. Los reclutadores de San Antonio tenían dudas sobre si elegirlo a él o a Lucas Victoriano, otro socio fundador de la Generación Dorada con quien había disputado el Mundial de Melbourne 1997 Sub-22.
Los habían visto en aquel torneo a ambos, pero finalmente eligieron a Manu. Nunca fue la primera opción. Los Spurs venían de gritar campeón ese año, entonces los puestos de Selección para el equipo de Gregg Popovich serían muy retrasados. En la primera vuelta les tocó el lugar 29 y en la segunda el 57, penúltimo pick. Ginóbili entró por la ventana.
De todas maneras la franquicia texana lo dejó madurar en Europa. El bahiense se puso la camiseta de San Antonio tres años después.
Debutó siendo una apuesta
Su debut oficial se dio el 7 de octubre de 2002 en un encuentro frente a Los Angeles Lakers. Ingresó desde el banco de suplentes, se enfrentó a Kobe Bryant y marcó siete puntos, tres asistencias y dos rebotes en 20 minutos de juego. A partir de ese momento no hizo más que crecer.
Promedió 7,6 puntos en su primera temporada regular en la NBA, fue elegido rookie del mes de marzo e integró el segundo equipo de novatos al final de la temporada. Como si algo le faltase para ese increíble debut en la élite, Manu logró su primer anillo de la NBA en su primera temporada y fue parte importante en los playoffs. Todos estaban sorprendidos con su adaptación.
Juan Ignacio Pepe Sánchez, base de la Selección Argentina que se colgó el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, y compañero de Ginóbili en Bahiense del Norte, le confiesa a Clarín: “Era muy difícil vislumbrar el jugador que terminó siendo. Manu es fruto del trabajo, de la dedicación, de creer en él mismo”.
La explosión del escolta argentino en la mejor liga de básquetbol del mundo tomó a todos por sorpresa. Un talento con gran potencial.
“Siempre en esa época el tope de lo que uno pensaba era llegar a la Liga Nacional. Yo creo que nadie en el planeta puede decir que lo vio crecer a Manu y pensaba que iba a jugar en la NBA, en la Selección Argentina, ni hablar de hacer lo que hizo… No creo que haya forma. Porque aparte en ese momento ni siquiera se soñaba con esas cosas. No se pensaba, no estaba en el imaginario colectivo”, añade Pepe, el primer jugador argentino en llegar a la NBA. Lo hizo el martes 31 de octubre de 2000 con la camiseta de los Philadelphia Sixers, apenas unos minutos antes que Rubén Wolkowyski, que jugó aquella madrugada para Seattle Supersonics.
El primer gran hito de Manu en la NBA fue llegar como una apuesta desconocida y salir campeón. El bahiense siempre puso el bien colectivo por delante de lo individual, trabajó incansablemente y se ganó su lugar en la franquicia de San Antonio. A pesar de que había dudas sobre él. Ganó su primer anillo en la temporada 2002/03. Luego cosechó tres más (2004/05, 2006/07 y 2013/14).
“Lo vi hacer pesas a los 14 años cuando abrió el gimnasio en Bahiense, pasó interminables horas en el club tirando al aro…”, rememora Pepe Sánchez. El actual presidente de Bahía Basket y amigo de Manu finaliza contundente: “Se notaba que tenía un plan. Te dabas cuenta que él se quería dedicar al básquet. Esa determinación nació con él. Era el único con la determinación de hacer lo que haya que hacer para llegar. Pero pensando en la Liga Nacional como tope”.
Pero Manu dio un pasito más. El argentino llegó a la NBA, salió campeón cuatro veces y se transformó en una estrella de la liga y en un emblema de la ciudad que registra gran presencia latinoamericana. Fueron 16 años con la camiseta de los Spurs hasta que un día su cuerpo y su mente dijeron basta.
Se retiró como una leyenda
El 22 de abril de 2018 el público de Texas pudo ver en el AT&T Center de San Antonio la última función del argentino en ese estadio. Fue el cuarto juego de la serie de Play-Offs ante Golden State Warriors, curiosamente la franquicia de la que Manu era hincha de chico. Lo disfrutaron de local y lo despidieron como un héroe. El último partido oficial fue dos días después en California. Allí fue el adiós definitivo del pibe de 41 años. Su último momento en la NBA fue en el parquet del Chase Center luego de una carrera plagada de éxitos.
El 28 de marzo de 2019, luego de un juego ante Cleveland Cavaliers, San Antonio decidió retirar el dorsal número 20 que Manu usó durante toda su carrera y que eligió casi de casualidad. Hoy está en el techo del estadio junto a otras ocho camisetas.
Este sábado Manu ingresará al Salón de la Fama junto a Tim Hardaway, George Karl, Bob Huggins, Hugh Evans, Swin Cash, Lindsay Whalen, Marianne Stanley, Lou Hudson, Larry Costello (reconocimiento póstumo), Del Harris, Theresa Shank-Grentz y Radivoj Korac (reconocimiento póstumo) para seguir agigantando la leyenda.
Fuente: Clarin