La prohibición del organismo de volver a tocar las reservas a través de operatorias en el mercado de bonos quedó ya acordada por las partes, cuando el propio FMI emitió el comunicado de acuerdo por los números de 2022 la semana pasada. Allí en una carta firmada por los responsables del organismo sobre el caso argentino, Luis Cubeddu y Ashvin Ahuja, se deja en claro que el país deberá respetar durante 2023 la premisa que indica que las autoridades argentinas “se comprometen a no utilizar reservas internacionales ni emitir instrumentos de deuda externa de corto plazo para intervenir en los mercados cambiarios paralelos”. Algo más abajo del comunicado del FMI se reclama que “las medidas cambiarias administrativas temporales no deben ser un sustituto de una política macroeconómica sólida”.
En las negociaciones con el FMI de los últimos 15 días entre funcionarios argentinos y los dos técnicos del organismo (encuentros presenciales y vía zoom), los interlocutores del organismo volvieron sobre el tema y dejaron en claro que la reducción de los dólares que debe detentar en el primer trimestre del año la entidad que maneja Miguel Pesce tiene que venir con el compromiso que Buenos Aires no avanzará sobre el tema otra vez. Tanto el viceministro Gabriel Rubinstein como el negociador local Leonardo Madcur aceptaron la condición, luego de haberlo consultado a Massa, quien aprobó la condición.