El mercado espera por la decisión de tasas del BCRA y calcula impacto en el stock de Leliq

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La dinámica inflacionaria se aceleró con fuerza en 2023. El 7,7% que el INDEC difundió para marzo superó todos los pronósticos y fue la variación mensual más alta desde abril de 2002, cuando marcó 10,4%. Además, creció 104,3% interanual, el registro más elevado en los últimos 32 años. En ese marco, la velocidad que adquirió la aceleración de precios en los últimos tres meses ejerce presión sobre el rumbo de política monetaria del Banco Central, que está comprometido a mantener una tasa real positiva, tal como plantea el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Es por eso que el mercado seguirá con atención la decisión que tome al respecto el directorio de la entidad que preside Miguel Pesce en su próxima reunión, pautada para este jueves.

Desde Portfolio Personal Inversiones, consideraron que “la autoridad monetaria está obligada a una suba para seguir administrando las presiones inflacionarias, en la búsqueda de evitar la espiralización”. El Tesoro le dejó un espacio de 11,6 puntos porcentuales en el corredor de tasas. Podría pensarse en un ajuste de 300/400 pbs, lo que incrementaría la de Leliq de 78% TNA a 81/82% (de 113,3% TEA a 119,4/121,5%) y no atentaría contra el financiamiento directo al Tesoro en las licitaciones. De todas maneras, una inflación viajando al 8% mensual ya equivaldría a un ritmo anualizado de 151,8%, quedando cualquier tasa de la economía muy negativa en términos reales”, calcularon.

Sin embargo, una nueva suba en la tasa agregaría mayor complejidad al rojo cuasifiscal. El analista financiero Salvador Vitelli detalló que actualmente el BCRA tiene pasivos por $12,5 billones, lo que a tasas actuales representa una emisión de $806.000 millones mensuales para el pago de intereses. “En la medida que vaya subiendo la tasa, coloca mayores presiones inflacionarias debido a la emisión que conlleva ‘pagar’ esos intereses (se devengan). Si subiese a 83% TNA (suba de 500 bps) los intereses a pagar mensuales, bajo el stock actual, suben en $50.000 millones. Es difícil estimar cuánto pueden llegar a subir la tasa. No obstante, el Tesoro le ha dado margen al BCRA para subirla, ya que convalidó en la última licitación 125,1% TEA”, destacó Vitelli.

A esto se suma la fuerte inyección de pesos que requiere el dólar agro, que, en las últimas versiones del programa vino acompañado de una absorción de igual magnitud a través de los pasivos remunerados. Según el último informe de GMA Capital, “suponiendo una liquidación base de u$s7.000 millones, y asumiendo que el Banco Central podría acumular la misma proporción de divisas de las ediciones pasadas (67%), la emisión neta por este concepto ascendería a $1,59 billones (30% de la base monetaria). Por este y otros motivos, en los últimos 12 meses el stock de pasivos remunerados creció 21,4% por encima de la inflación”.

En esta línea, se vuelve clave la decisión de política monetaria del Banco Central este mes. “En tanto la tasa de interés sea negativa en términos reales, la propia dinámica de los intereses de pasivos remunerados no debería ser un escollo insalvable a considerar per se, aun cuando hayan sido el principal factor de emisión, porque la inflación haría el trabajo sucio de licuar la carga de deuda. Pero el problema asociado radica en los factores exógenos de emisión, los cuales, en un contexto de demanda de dinero deprimida como el actual, fuerzan a una mayor esterilización”, consideraron desde GMA Capital.

Fuente: ámbito

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