La Casa Blanca podría restituir u$s96.000 millones si se confirman los aranceles ilegales

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Decisión clave del Tribunal de Apelaciones

Las siguientes semanas se presentan como un periodo decisivo para la política comercial del presidente Donald Trump. El pasado viernes, el Tribunal de Apelaciones para el Circuito Federal determinó que la mayoría de los aranceles impuestos por el mandatario son ilegales, otorgando al gobierno estadounidense hasta el 14 de octubre para solicitar una apelación ante la Corte Suprema. Si esta decisión es confirmada, la administración estaría obligada a revertir y reembolsar más de u$s96.000 millones que se recaudaron por los nuevos recargos a las importaciones.

Detalles del fallo y su impacto

El fallo, aprobado con 7 votos a favor y 4 en contra, analizó la legalidad de los aranceles «recíprocos» impuestos en abril, relacionados con la guerra comercial, junto a los tributos aplicados en febrero a China, Canadá y México, que según la administración de Trump, estaban vinculados al tráfico de fentanilo. Estos aranceles se sustentaron bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) de 1977.

No obstante, esta resolución no afectó los aranceles impuestos bajo otras regulaciones, como los relacionados con el acero, aluminio y autos, que fueron implementados mediante la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962.

Reacciones y alternativas del gobierno

Trump expresó su descontento ante el fallo, calificando al tribunal de «altamente partidario» y advirtió que «si estos aranceles desaparecen, sería un desastre total para el país». Sin embargo, mostró confianza en que la decisión se revertirá con el apoyo de la Corte Suprema.

Por su parte, el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, también se mostró optimista respecto a la apelación, pero mencionó que «existen múltiples facultades que se pueden utilizar, aunque menos eficientes y poderosas» en caso de un fallo desfavorable. Bessent citó la sección 338 de la Ley Arancelaria Smoot-Hawley de 1930, que permite al presidente imponer aranceles de hasta el 50% durante cinco meses a países que deseen discriminar el comercio estadounidense.

Consecuencias si se ratifica el fallo

En un análisis realizado por Alan Wolff del Peterson Institute for International Economics (PIIE), se expuso que si la Corte Suprema respaldara la decisión del Tribunal de Apelaciones, resultaría en una enorme burocracia, ya que cada importador tendría que documentar el arancel pagado, incluyendo la fecha y cantidad. Aun así, Wolff argumentó que esta carga sería menor en comparación con la necesidad de compensar a todos los perjudicados por un arancel incorrectamente aplicado.

En caso de que los aranceles se anulen, podrían reinstaurarse mediante la autoridad de retaliación del presidente bajo la sección 301 de la Ley de Comercio de 1974 para abordar prácticas de comercio desleales. Esto requiere, no obstante, una investigación previa realizada por la Oficina del Representante Comercial.

Recaudación y consecuencias económicas

Desde la implementación de los aranceles en abril, su recaudación ha generado aproximadamente u$s96.000 millones, según datos de Forbes. En julio, los ingresos por aranceles alcanzaron los u$s28.000 millones, reflejando un incremento del 273% en comparación con el año anterior.

Expertos como el economista Colin Grabow del Cato Institute cuestionaron el argumento de Trump sobre el déficit comercial como una emergencia, sugiriendo que Estados Unidos ha mantenido un déficit durante los últimos 50 años sin que eso impida el crecimiento económico. Grabow sostuvo que, más bien, Trump debería centrar esfuerzos en reducir el déficit fiscal, que se estima en u$s1,865 billones para el año fiscal 2025, la mitad de lo recaudado hasta ahora por los aranceles.

Asimismo, la deuda nacional asciende a cerca de u$s37,2 billones, lo que lo convierte en un asunto prioritario. Bessent había señalado anteriormente que parte de los ingresos por aranceles podrían destinarse a la reducción de esta deuda, afirmando que «en algún momento podremos hacerlo», mientras él y el presidente Trump se centran en «pagar la deuda».

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