El detalle importante de la etapa que comienza el lunes es que cobrará importancia la figura de Gita Gopinath, la subdirectora gerente del FMI, quien además fue la anfitriona de Sergio Massa en el encuentro en la sede del organismo de dos horas antes de la cumbre Fernández-Biden. Sucede que la norteamericana es la interlocutora habitual de la secretaria del Tesoro Janet Yellen, quien, por orden del presidente de los Estados Unidos, debería ser quién le indique al staff técnico del organismo que flexibilice las condiciones del Facilidades Extendidas.
De hecho, en estos tiempos, Gopinath es el cuadro técnico que ocupa la tarea de fiscalización de la marcha del programa. Al menos hasta la llegada a la dirección para el Hemisferio Occidental del chileno Rodrigo Valdés, quien asumirá formalmente su cargo en mayo. Y quien por funciones deberá hacerse cargo del caso argentino. Pero mientras dure este interregno, y como la fiscalización al país no puede detenerse en su ejecución y control, será responsabilidad de Gopinath.
Lo que se notó es que su peso ante el Board es directo y efectivo; y que, si bien es una negociadora dura y poco amiga a las dilaciones, cuando define una discusión, esta termina ejecutándose sin mayores retrasos. Por caso, a fines del año pasado, fue la encargada de avalar la creación de una partida fiscal extra para poder atender al sector de argentinos más afectados por la crisis, y que derivó en el bono de $45.000 para los sectores más desprotegidos. El plan había sido hablado directamente entre Massa y Gopinath durante las sesiones negociadores de la primer semana de octubre en la Asamblea Conjunta del FMI y el Banco Mundial de Washington, donde la número dos del organismo le dejó en claro al ministro argentino qué es lo que Argentina podía hacer y qué no, para que el acuerdo continúe vigente. El aval funcionó aun cuando los miembros del staff técnico que comandaba el venezolano Luis Cubeddu estaban en contra de cualquier desviación fiscal que alterara los cálculos para cumplir la meta de 2,5% del PBI para 2022.
En este sentido, la presencia de Gopinath como fiscalizadora del caso argentino puede ser una buena noticia para Argentina. Se considera que la economista de origen indio-norteamericano es más técnica y profunda, pero menos permisible a las presiones geopolíticas internacionales que sus antecesores Geoffrey William, Seiji Okamoto y David Lipton. El primero, republicano, uno de los que más trabó la aceleración del Facilidades Extendidas en momentos claves de 2021. El segundo, demócrata, se lo considera en Buenos Aires (quizá como error) como uno de los responsables del cierre del acuerdo Stand By en los tiempos del gobierno de Mauricio Macri, y (aquí con razón) como uno de los que más ajuste le reclamaba a la Argentina para cerrar el actual acuerdo.
Como contrapartida, se la ve a Gopinath como una histórica del organismo y como una representante del (siempre algo criticado desde el “board” del FMI) cuerpo de economistas técnicos que forman parte de la estructura diaria y semipermanente del Fondo. Además, debió pelear desde media tabla hacia arriba por llegar a ocupar el segundo cargo de importancia en la sede de Washington.
Fuente: ámbito