La pobreza desciende al 31,6%, aunque el consumo sigue estancado: tres factores que explican esta discrepancia

Disminución de la pobreza y estancamiento del consumo
La pobreza en Argentina ha experimentado una notable reducción, alcanzando el 31,6% en la primera mitad de 2025, una caída de más de 20 puntos en comparación con el 52,9% del año anterior. Esta información fue divulgada por el INDEC en su último informe oficial. Asimismo, la indigencia también ha disminuido, ubicándose en 6,9%, respecto al 18,1% del primer semestre de 2024. Sin embargo, las señales de alerta en la actividad económica y el consumo no tardan en aparecer, generando la pregunta: ¿por qué, a pesar de la reducción de la pobreza, no aumentan las ventas?
Razones detrás del estancamiento del consumo
Según expertos consultados, existen tres razones principales que explican esta disparidad:
- Caída del ingreso disponible: Aunque se ha observado un aumento en los ingresos, este no ha sido suficiente para incentivar el consumo. De acuerdo con Leopoldo Tornarolli, investigador de Cedlas, mientras que la canasta básica total aumentó un 12,2%, la inflación fue del 17%. En el primer semestre de 2025, el ingreso per cápita se incrementó en 7,7% de forma real.
- Cuestiones metodológicas: La asociación UCA sostiene que las estadísticas sobre pobreza están sobrerrepresentadas debido a que se elaboran con canastas desactualizadas y una Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que registra mejor los ingresos en un entorno de menor inflación. Esto sugiere que, aunque la pobreza haya disminuido, esto no refleja con precisión los desafíos que enfrentan muchas familias.
- Freno del crédito: El crédito para consumo está estancado debido a las altas tasas de interés y a la carga de cuotas que enfrentan los hogares. Sin acceso al crédito y con escasos ahorros, el consumo se alinea con la evolución del ingreso disponible.
Impacto en las diferentes clases sociales
Guillermo Oliveto destacó que el 40% del ingreso es manejado por el 52% de los hogares que no alcanzan la pobreza, pero que también contribuyen enormemente al consumo diario. Por lo tanto, hasta que este sector no comience a reactivar su gasto, las ventas no se verán impulsadas. Daniel Schteingart, director de Desarrollo Productivo en Fundar, enfatiza que el consumo está principalmente en manos de los sectores de ingresos altos, lo que también limita el repunte general del gasto.
Finalmente, Empiria señala que el consumo en supermercados ha sido sostenido gracias al uso de ahorros y créditos, pero se ha comenzado a ver una mayor dependencia del ingreso disponible en los últimos meses, lo que está afectando negativamente a las ventas en mayoristas y centros comerciales.