ACV: no es un “accidente”, sino un “ataque” que se puede prevenir

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En la Argentina, hay ocho accidentes cerebrovasculares por hora. Ponerse en movimiento baja los riesgos.
Tenemos buenas noticias porque el accidente cerebrovascular (ACV) no se trata de un “accidente” sino de un “ataque”. Por lo tanto, es un suceso que se puede anticipar y prevenir.

Controlar los factores de riesgo reduce hasta un 80 por ciento las chances de sufrirlo y para ello, la actividad física practicada de forma sostenida y regular, resulta un arma fundamental.

En nuestro país, el ACV es la primera causa de muerte asociada a la enfermedad cardiovascular y en el mundo es la primera causa de discapacidad. Se estima que una de cada cuatro personas adultas podría sufrir un ataque cerebrovascular.

Según un estudio científico publicado en la revista Stroke and Vascular Neurology, el ejercicio aumenta la aptitud cardiorrespiratoria y en consecuencia reduce un 68 por ciento el riesgo de sufrir un ACV. La investigación contempló a un grupo de 16 mil personas que practicaba actividad física de manera regular.
Con el deporte, se está colaborando con la reducción de los factores que aumentan el riesgo de un ataque cerebral. La ‪‎hipertensión arterial se encuentra en primer lugar.

En la Argentina, uno de cada tres adultos sufre hipertensión y la mitad de ellos no lo sabe. En la gran mayoría de los casos, es una enfermedad asintomática por lo que la única manera de detectarla a tiempo es controlando la presión arterial en forma regular.

Además de producir pequeños cambios en los estilos de vida, como reducir la ingesta de sodio (presente en la sal de mesa y en alimentos procesados como fiambres, conservas y panificados industriales) y hacer actividad física en forma regular, es importante mantener un peso saludable y no fumar para cuidar el corazón y el cerebro y disminuir las posibilidades de un ACV.

Campañas activas
En octubre, mes del ACV, la Asociación Argentina de Ataque Cerebral invita a unirse al Movimiento de la Lucha contra el ACV. La Clínica La Sagrada Familia, con el apoyo de personalidades, propone diversos desafíos para realizar mediante reels y filtros que fomentan el ejercicio, en todas sus expresiones, para disminuir el riesgo de padecer un ACV.

La meditación también previene el ACV
Estudios científicos avalan que la meditación proporciona consecuencias biológicas sobre el cerebro que ayudan a la reducción de la presión sanguínea, resistencia a la insulina y síndrome metabólico, entre otros beneficios. Por lo tanto, el Jardín Japonés, espacio diseñado especialmente para la introspección y la relajación, se presenta como el contexto más apropiado para educar sobre todo lo que las personas tienen a su alcance para hacer y evitar un ACV

Hoy, 29 de octubre, fecha en que se celebra el Día Mundial del ACV, será el escenario desde el cual se transmitirá, por medio de las diversas redes sociales, un evento donde profesionales de la salud y personalidades se unirán contra esta causa y realizarán una clase abierta de TAISO, ejercicios breves y sencillos que permiten no solo ejercitar el cuerpo sino fomentar la respiración y relajación y que en la ancestral cultura oriental se practican al dar inicio a cada día y antes de comenzar cualquier actividad.

En la Argentina ocurren, aproximadamente, 180 casos de ataques cerebrales cada 100 mil habitantes; 72.000 casos nuevos todos los años y 8 casos cada hora, datos que avalan la necesidad de decirle no al ACV y unirse al movimiento.

Síntomas del ACV
– Problemas en el habla, tanto en la expresión como en la comprensión.

– Debilidad en un brazo y una pierna.

– Asimetría facial.

– Dolor de cabeza de gran intensidad.

– Pérdida de la visión de un ojo o visión borrosa.

– Dificultad para coordinar los movimientos; mareos y vértigos.
Pedro Lylyk es neurocrirujano, reconocido como maestro de la neurocirugía (Masters of Neurosurgery at the Ether Dome) en Boston, Estados Unidos, por la Federación Mundial de Neurocirugía (WFNS) y la Asociación Americana de Neurocirugía (AANS). Marcó un hito en la historia de la medicina al realizar en 1990 la primera embolización de un aneurisma cerebral con coils y en 1996 introducir el stent en la terapéutica cerebral vascular.

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