El dólar se deprecia tras las recientes medidas del Gobierno

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Medidas del Gobierno para controlar la volatilidad cambiaria

A pesar de la implementación de intervenciones indirectas en el mercado de futuros, el aumento de los encajes a niveles sin precedentes y altas tasas de interés, el dólar ha seguido su tendencia alcista desde julio, aproximándose al límite superior de la banda de flotación. En este contexto y a tan solo cinco días de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, el Gobierno ha decidido que el Tesoro comenzará a intervenir en el mercado cambiario para asegurar su «normal funcionamiento».

Como respuesta inmediata, las principales cotizaciones observan una tendencia a la baja, luego de que el lunes alcanzaran un incremento de $35. «El Tesoro Nacional anuncia que a partir del día de la fecha participará en el mercado libre de cambios con el fin de contribuir a su liquidez y normal funcionamiento», indicó Pablo Quirno, secretario de Finanzas, a través de la red social X, justo minutos después de la apertura de los mercados.

El anuncio tuvo un impacto inmediato en el entorno financiero argentino. Tras tocar un nivel nominal récord, este martes el dólar oficial minorista se cotizaba en $1375 en las pizarras del Banco Nación, lo que representa una caída de $10 con respecto al cierre anterior (-0,7%). El valor promedio del mercado es más alto, alcanzando $1379,63, según un informe del Banco Central.

Contexto de la intervención cambiaria

Por otro lado, el tipo de cambio oficial mayorista se mantiene en $1362,11, lo que implica una reducción diaria de $14,05 (-1,02%). Desde mediados de abril, tras la firma de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mercado cambiario opera bajo un esquema de bandas de flotación que varía desde un piso de $954 hasta un techo de $1467, con ajustes mensuales del 1% por parte del Gobierno. En caso de que el dólar superara el límite inferior, el Banco Central intervendría para adquirir reservas; si, por el contrario, se dirigiera hacia el techo, vendería reservas.

Sin embargo, a medida que el tipo de cambio se acercaba a estos niveles máximos, el esquema cambiario comenzó a ser puesto en duda a medida que se acercaban las elecciones de octubre. El Gobierno, entonces, anunció que, a partir de ahora, se aplicaría una flotación sucia. «Esto podría aliviar las presiones sobre el tipo de cambio mayorista y los futuros, e incluso podría reducir las tasas de interés a corto plazo en pesos, ya que garantiza el tipo de cambio spot. Sin embargo, a largo plazo, es un indicio negativo para el valor de los activos locales», advirtió Gabriel Caamaño, economista de la consultora financiera Outlier.

Recientemente, se informó que el Tesoro había intervenido indirectamente en el mercado por un total de US$133 millones, corroborando las sospechas sobre la disminución de los depósitos en dólares. Un funcionario del Ministerio de Economía afirmó: «Solo hicimos pequeñas ventas intra sector público, pero por montos chicos». Esto contrasta con las declaraciones previas del Gobierno que resaltaban el funcionamiento de un sistema de flotación en el que el dólar podría fluctuar dentro de la banda sin problemas, lo que ahora parece no estar ocurriendo.

Reacciones en el mercado

Por su parte, los tipos de cambio financieros también han mostrado una tendencia a la baja, luego de que el lunes aumentaran $35 durante una jornada que careció de referencias externas por el feriado del Día del Trabajo en Estados Unidos. El dólar MEP ha retrocedido $10,50 y se sitúa en $1365,99 (-0,8%), mientras que el contado con liquidación (CCL) disminuye $22,84, alcanzando los $1368,67 (-1,6%).

En el mercado informal, el dólar blue se mantiene en $1370. Comparando el nivel actual con el ajuste inflacionario de las últimas tres décadas, ese valor está entre los más bajos en términos reales, dado que el promedio histórico se sitúa en $1800, según un análisis de Fernando Marull, economista de FMyA.

El clima en el mercado cambia rápidamente, y aunque el anuncio ha logrado estabilizar momentáneamente el dólar en $1364, los bonos y acciones siguen en caída significativa. El futuro noviembre continúa operando por encima de la banda superior, lo cual refleja un temor persistente en el mercado. Según Fernando Camusso, director de Rafaela Capital, estas operaciones tienen una connotación electoral, y en caso de un buen desempeño del oficialismo, se esperaría una disminución de las presiones.

Situación de bonos y acciones

La actuación del S&P Merval es contraria a la de las primeras fluctuaciones del dólar, reflejando una jornada negativa a nivel internacional. La Bolsa porteña ha perdido un 1,3%, cotizando en 1.915.159 unidades, equivalentes a US$1399 al ajustarse por el contado con liquidación, registrando el nivel más bajo del índice accionario en un año. Las diversas acciones de las empresas que operan en el panel líder, que concentran mayor volumen, también muestran caídas significativas.

Entre las pérdidas más notorias se encuentran las de Banco Supervielle (-3,6%), Ternium (-2,9%), Aluar (-2,7%), y Metrogas (-2,6%). A su vez, las acciones argentinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York han seguido la misma tendencia, con grandes caídas en Telecom Argentina (-8%), Edenor (-6,7%) y Cresud (-6,6%). Los bonos soberanos también han tenido un rendimiento negativo, con el Tesoro en posesión de US$1700 millones y compromisos de deuda de US$4000 millones para enero, lo que ha generado inquietud entre los inversores.

Este martes, los Bonares resumieron 1,6% (AL41D), mientras que los Globales cayeron 2,86% (GD46D). El riesgo país se había situado en 829 puntos básicos al lunes 1° de septiembre, siendo este el último dato disponible. Se estima que a su vez, para enero están por vencer US$4200 millones por cupones correspondientes a Globales y Bonares. La falta de acumulación de divisas presenta un panorama complicado, aunque algunos bancos internacionales muestran optimismo en sus informes. Sin embargo, este optimismo no logra atenuar la incertidumbre general. En conclusión, en una economía como la argentina, donde las elecciones generan un ambiente tenso durante 60 días, pueden suceder múltiples acontecimientos; el domingo será un primer paso importante que podría alterar la situación, pero la dependencia del resultado es elevada.»

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