Ceremonia conmovedora en el segundo aniversario del ataque de Hamas en Israel

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Conmemoración en Parque Centenario

Este martes por la tarde, se llevó a cabo un emotivo acto en el Parque Centenario, marcando el segundo aniversario del ataque perpetrado por Hamas en Israel. Durante el evento, se hizo un llamado a la liberación de los rehenes que aún permanecen en manos del grupo terrorista. La ceremonia, que congregó a familias, jóvenes y niños, dio comienzo alrededor de las 18:50, en la intersección de Leopoldo Marechal y Antonio Machado. La actividad fue organizada por AMIA, DAIA, la Organización Sionista Argentina (OSA) y el Foro de Familias de Secuestrados y Desaparecidos.

Demandas por la liberación de rehenes

El presidente de DAIA, Mauro Berenstein, expresó la importancia de este acto para reiterar la exigencia de que los rehenes sean liberados: «Para que haya un plan de paz, para pensar en un período de tregua, es necesario que los secuestrados estén en casa con sus familiares». Además, aseveró que la mayoría de los 48 rehenes están sin vida y exigió a Hamas que entreguen los cuerpos y a los sobrevivientes para que regresen con sus familias. Berenstein también hizo hincapié en que tanto Argentina como Israel deben decir «no» al terrorismo y al antisemitismo.

  • De acuerdo con la convocatoria de AMIA, a dos años de la masacre del 7 de octubre, la lucha continúa por la liberación de todos los secuestrados y por un mundo sin terrorismo.

Asistencia y testimonios significativos

Antes de que comenzara el acto, los organizadores repartieron folletos con imágenes de los rehenes cautivos. Muchos asistentes llevaban camisetas que mostraban estas fotos. Daniel, un hombre de 75 años, asistió solo y portaba una kipá y una cinta amarilla alrededor del cuello, simbolizando el anhelo por el regreso de los rehenes. «Este tipo de encuentros es importante porque se multiplica en otras ciudades del interior y más de 150 ciudades alrededor del mundo. La presencia aquí produce fuerza y visibilidad», destacó.

Martin, otro asistente, señaló que el evento se realizó en este momento porque mañana es Yom Kippur, la celebración más significativa del judaísmo.

Entre la multitud, Florencia Saidman, una joven de 21 años y maestra jardinera, compartió su emoción al asistir junto a su padre. «He estado esperando estar aquí, haciendo presencia y pidiendo por los secuestrados», afirmó, añadiendo que es esencial para el mundo comprender que la comunidad israelí está exigiendo sus derechos.

Palabras de apoyo y recordatorio de víctimas

Con la conducción de la periodista Luli Ofman, se inició la sección de oradores, entre quienes estuvo el embajador israelí en Argentina, Eyal Sela. Este enfatizó que el ataque del 7 de octubre, que dejó 1200 muertos y 251 secuestrados, representa una de las mayores tragedias para la comunidad judía desde el Holocausto. Sela remarcó la importancia de recordar a las víctimas y que la memoria tiene un valor significativo en el judaísmo.

El embajador también dijo que la comunidad internacional debe trabajar para que Hamas acepte el plan de paz propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, aunque concluyó que también hay métodos alternativos que pueden emplearse.

Se proyectó un emotivo video de Iair Horn, un argentino secuestrado y liberado, quien relató su experiencia y la situación de su hermano Eitan, todavía prisionero.

Mensajes de esperanza y compromiso

Según datos proporcionados por los organizadores, de las 48 personas que permanecen secuestradas, 4 son de nacionalidad argentina. Micaela Rudaeff, prima de otro detenido, expresó el desgarro que siente ante la incertidumbre de su familiar. «Para mí, cada día es 7 de octubre», mencionó, resaltando que el dolor no cesa. Demian Stratievsky, presidente de OSA, concluyó el acto afirmando que no hay nada que olvidar o perdonar sobre el terrorismo de Hamas y subrayó la necesidad de defender la existencia del pueblo israelí.

El acto cerró con el Himno Nacional Argentino y el Himno de Israel, mientras los asistentes se retiraban en silencio, marcados por el dolor y la esperanza de justicia.

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