Cronología del triple crimen en Florencio Varela: la trágica desaparición de Lara, Brenda y Morena

Desaparición y búsqueda inicial
Un viernes hace dos semanas, tres jóvenes de La Matanza partieron de sus hogares sin imaginar que no regresarían. Este suceso dio inicio a una de las búsquedas más exhaustivas en la provincia de Buenos Aires, que culminó trágicamente, revelando un esquema narco y un homicidio triple caracterizado por una brutalidad poco común en el país.
Era una noche en La Tablada, aproximadamente a las 21:30, cuando Lara Gutiérrez, de 15 años; Brenda del Castillo y su prima Morena Verdi, ambas de 20, abordaron una Chevrolet Tracker blanca en la intersección de Crovara y Lino Lagos bajo la promesa de asistir a una fiesta que resultó ser una trampa.
Denuncia de desaparición y avances en la investigación
La madrugada del sábado 20, las familias informaron sobre la desaparición de las jóvenes, quienes no regresaron a casa durante la noche. La justicia emprendió las primeras acciones para establecer su paradero, incluyendo la intervención de comunicación telefónica, seguimiento de antenas para ubicar sus celulares y la solicitud de grabaciones de cámaras de seguridad.
Durante esta búsqueda, las historias de Instagram de Morena evidenciaron que había estado en compañía de Lara esa noche. Publicó una imagen a las 23 horas donde mostraba dos llaveros: uno de “Baby Yoda” que le pertenecía y otro de “Luigi” que era de su amiga. Esta publicación se convirtió en su último rastro digital. Tras subir la historia, el contacto con el exterior se fue apagando y a la 1 de la madrugada, sus familiares no pudieron comunicarse más con ella.
Un dato crucial en el seguimiento fue que el último registro de los celulares de las chicas se localizó en Florencio Varela, a unos 30 kilómetros de su hogar, donde fue hallada posteriormente la camioneta blanca con matrícula alterada, completamente incendiada, lo que indican que intentaron eliminar rastros.
Hallazgo de los cuerpos y brutalidad del crimen
El 24 de marzo, cinco días después de la desaparición, la búsqueda culminó de manera trágica en una vivienda del barrio Villa Vatteone. Allí, los investigadores descubrieron un pozo cubierto con mantas, piedras y cemento donde estaban enterrados los cuerpos de las tres jóvenes.
Los informes forenses revelaron que fueron asesinadas en un intervalo entre la medianoche del viernes y la madrugada del sábado, mostrando un nivel de violencia extremadamente alto: fracturas craniales, puñaladas, cortes profundos, lesiones post mortem, intento de incineración parcial y luxación cervical. Se determinó que hubo torturas previas al asesinato, y se insinuó que la barbarie pudo haber sido transmitida en vivo en una red social a un grupo cerrado, reforzando la hipótesis de que el hecho fue un ajuste narco «aleccionador».
Detenciones iniciales y la intervención policial
Paralelamente al hallazgo de los cuerpos, la policía bonaerense implementó un operativo en la casa donde se encontraron. Cuatro personas fueron detenidas: una pareja residente en la casa, identificada como Magalí Celeste González Guerrero (28) y Miguel Ángel Villanueva Silva (27); así como Andrés Maximiliano Parra (18) y Iara Daniela Ibarra (19), quienes estaban limpiando. Estas personas, según las investigaciones, intentarían eliminar rastros de sangre y otros indicios del crimen usando productos de limpieza que fueron confiscados.
La pareja fue acusada de ofrecer el lugar donde se ocultaron los cuerpos. Según declaraciones del abogado de Guerrero, Daniel Giaquinta, ella reside en la propiedad desde hace seis años, pero en los últimos meses inició una relación con Villanueva Silva que, al parecer, se convirtió en el vínculo con los líderes de la banda narco. Se declaró que Guerrero«sufre problemas de consumo desde hace al menos dos años», lo que podría haberla dejado vulnerable a manipulación.
Avances en la investigación y arrestos recientes
En la investigación, emergieron más arrestos y aparición de nombres clave, como Ariel Giménez, quien se contactó con la policía tras varios allanamientos en su casa sin resultados. Giménez relató que fue contactado por conocidos para transportar un equipo de música para una fiesta en la casa donde se realizaron los crímenes y recibió dinero y drogas a cambio. Fue arrestado por encubrimiento agravado. Además, los operativos llevaron a la captura de Víctor Sotacuro Lázaro en Bolivia, señalado como uno de los conductores de los vehículos que trasladaron a las víctimas.
La conexión con el narco y la búsqueda del autor intelectual
La identificación de Matías Agustín Ozorio, cercanamente relacionado con “Pequeño J”, un joven narcotraficante de 20 años, conduce a la investigación en Perú. Ozorio fue capturado en un operativo que incluyó la colaboración de la policía peruana y la de Argentina. Este hecho fue retratado en medios por la inusual naturaleza de su intento de fuga.
Protestas y demanda social por justicia
El hallazgo de los cuerpos desencadenó una ola de protestas en la localidad y más allá, donde vecinos y familiares exigieron justicia mediante movilizaciones que se hicieron sentir en diversas ciudades del país. Se generaron tensiones sobre si el caso se trata de un triple femicidio o un delito vinculado al narcotráfico, pero la consigna común fue clara: “Justicia para Lara, Brenda y Morena”. Las demandas resonaron en todo Argentina, unificando a la sociedad en búsqueda de respuestas y condenas adecuadas.