Madre acosó a su propia hija y acaba tras las rejas: La historia de Lauryn Licari

Un drama inesperado en Beal City
Beal City, una tranquila localidad en Michigan, conocía una vida apacible donde los vecinos se relacionaban y las comunidades solían estar unidas. Sin embargo, octubre de 2020 marcaría un giro dramático en la vida de sus habitantes cuando Lauryn Licari, una joven de apenas 14 años, comenzó a recibir mensajes anónimos de acoso que la sumieron en una pesadilla.
Al principio, estos mensajes buscaban desestabilizar su relación con su novio, Owen McKenny, conteniendo frases desgarradoras como «él ya no te quiere» y «estará con otra y tú estás sola», provocando en Lauryn angustia y confusión.
El hostigamiento se intensifica
Después de un periodo de calma, los mensajes regresaron con fuerza en sep diciembre de 2021, en ocasiones alcanzando entre 40 y 50 mensajes diarios. Estos textos incluían insultos, amenazas y descripciones sexuales explícitas, además de potenciales incitaciones al suicidio. Ante esta alarmante situación, la escuela y la comunidad se movilizaron, con los padres y autoridades educativas buscando al responsable. La madre de Lauryn, Kendra Licari, quien también era entrenadora del equipo de baloncesto femenino, colaboró activamente en la investigación, indicando que tal vez la sospechosa podría ser una compañera llamada Khloe, o incluso la prima de Owen, Adrianna. Ambas fueron interrogadas sin que se encontrara evidencia en su contra, dejando un impacto psicológico en ellas.
La investigación toma un nuevo rumbo
Pese a los esfuerzos iniciales de la policía local para rastrear al autor de los mensajes, el uso de aplicaciones que generaban números telefónicos temporales dificultó las operaciones. Ante la falta de resultados en casi dos años, el Sheriff del condado de Isabella, Mike Main, solicitó la ayuda del FBI. Los investigadores lograron identificar direcciones IP que sorprendieron a todos: pertenecían a Kendra Licari.
Con esta nueva información, el sheriff obtuvo una orden para requisar los dispositivos electrónicos de Kendra. En diciembre de 2022, la policía abordó la casa de la familia Licari para iniciar el procedimiento, un hecho que quedó registrado por las cámaras de seguridad. En ese encuentro, el sheriff le informó que ella era la responsable del acoso, a lo que Kendra primero negó, pero finalmente confesó haber creado cuentas falsas y usar diversas herramientas para acosar a su hija y a Owen.
Consecuencias legales y personales
Tras su detención, Kendra enfrentó cargos por acoso a menores, uso indebido de computadoras, obstrucción de justicia y conspiración. Finalmente, se declaró culpable solo del acoso. En abril de 2023, un tribunal la sentenció a 19 meses por el acoso a Owen y a cinco años por el acoso a Lauryn, además de perder la custodia de su hija y ser destituida de su puesto en la escuela.
El impacto en la familia y el caso mediático
La revelación de la verdadera autora de los mensajes tuvo un eco a nivel nacional e internacional. Kendra había actuado como aliada de su hija e incluso participó en varias reuniones escolares mientras perpetraba el acoso. La familia sufrió un daño emocional devastador; Shawn Licari, el padre de Lauryn, obtuvo la custodia exclusiva de la joven tras su separación de Kendra.
Kendra admitió que sus acciones estaban relacionadas con traumas de su infancia, incluyendo un episodio de abuso sexual, así como un deseo de controlar la vida de su hija. Algunos expertos catalogaron el caso como una versión digital del síndrome de Munchausen por poder, donde un adulto causa sufrimiento a un menor para mantenerlo dependiente.
Una nueva etapa para Lauryn
Kendra cumplió su condena hasta agosto de 2024, cuando fue puesta en libertad condicional con restricciones, incluyendo una prohibición de acercarse a su hija y salir de Michigan. Tras recuperar su libertad, se mostró «decepcionada» de sí misma y deseó «reparar el daño». Sin embargo, Lauryn expresó que “no está segura de que podrá volver a confiar en ella”.
Hoy, con 17 años, Lauryn intenta reconstruir su vida, aspirando a estudiar criminología y manteniendo un vínculo estrecho con su padre. Su historia fue documentada en un proyecto lanzado en Netflix titulado “Unknown Number: The High School Catfish”, que detalla la investigación y resolución del caso.