Tragedia en el Lago Lácar. “Lo podrían haber salvado”: la queja y el análisis del mayor rescatista del país
“Siento impotencia. Hoy llamé a la Prefectura, no me pude comunicar con nadie, quería ofrecerles mi enseñanza. Dediqué toda mi vida a salvar vidas y, ver esto, me dio mucha tristeza”. Eso fue lo primero que le dijo a LA NACION David Peresenda, primer instructor de guardavidas de la Argentina y de América Latina en completar la Academia Oficial de entrenamiento de la United States Life Saving Association (USLA), y autor de más de media docena de libros con técnicas de rescate en el agua y en condiciones extremas.
El instructor se mostró conmovido ante la situación, pero no cargó contra los dos prefectos que llegaron en lancha a intentar rescatar al hombre de 28 años que se había arrojado a las heladas aguas del lago Lácar, en San Martín de los Andes, y que murió ante la vista de turistas y los dos uniformados, que están siendo investigados.
“Viendo el video queda claro que no fue correcto el procedimiento realizado y no lo digo porque la persona haya fallecido, hay veces que se hace todo lo que se debe hacer y aun así los resultados no son los esperados. Bienevenidos al mundo del rescate acuático y las emergencias acuáticas. Para realizarlas hay que estar preparado física y técnicamente, además de estar correctamente equipado. Ahora también hay que ver la previa a su llegada. Lo que no se ve en el video. Lo que podemos ver es que cuando llegaron el hombre ya se estaba hundiendo y se tira uno que no sabe nadar. Se tira con el chaleco y no tiene equipamiento de rescate. Después no se tira ninguno y uno dice que hay cuatro metros de profundidad. Cuatro metros con visibilidad se hace en un solo movimiento, que puede ser el golpe de riñón o un sumergimiento de pie con ayuda de los brazos. Es la profundidad del fondo de una pileta. Un tipo entrenado puede sumergirse a esa profundidad”, dijo Peresenda, y agregó: “Para mí tampoco hicieron una aproximación incorrecta. Yo escribí siete libros del tema y entrené a personal de rescate tanto en otros países de la región como en los Estados Unidos y Europa. Hay muchas cosas que están mal hechas ahí. No son todos así en Prefectura, hay personas que saben mucho, pero acá da la sensación que estaban dos personas que no sabían”.
El instructor luego explicó el paso a paso: “Lo primero que tenemos es alguien que observa y llama. La recomendación es que si esa persona que ve tiene algo flotante al alcance de la mano se lo debe arrojar a la persona que cayó al agua y retrasar el hundimiento que es cuando se llena de agua la vía aérea. Como no hubo ese paso, lo que sucede es que la persona comienza a ahogarse (inmersión o sumersión en medio líquido que obstruye las vías aéreas causando hipoxia) pasando por etapas de pánico, desesperación y sumergimiento que es un proceso típico de un ahogamiento. Todo esto está estudiado y, lo que se sabe, es que si esa persona no tiene asistencia rápidamente se va a hundir en un rango de dos minutos. Eso es lo que se ve en el video”.
“Entonces, lo que tenemos que analizar es, primero: quien hizo el pedido de auxilio o sea cuándo se disparó el llamado de emergencia al 106. Segundo: cuánto se demoró la Prefectura en ir, por lo que se ve, llegó antes de que la persona se termine de hundir, así que fue rápida la llegada”, dijo Peresenda, y agregó: “Los problemas que pudieron tener: el reflejo del agua. Corriente no había, oleaje tampoco, viento menos. Factores a favor que tenían para rescatar a la persona: el frío del agua, que retrasa la hipoxia, que es la falta de oxígeno en los tejidos, principalmente en el cerebro”.
Consultado sobre cuánto tiempo podría estar una persona sumergida en el lago Lácar, en esta época de agua fría y ser rescatado con vida, respondió: “. Hay personas que se encontraron bajo el agua y que pudieron ser reanimadas. Se trata de una reanimación especial, no es la reanimación hecha por legos con solo manos que uno ve en las películas donde lo sacan del agua y la persona escupe agua y está. Es algo más complejo que se inicia con RCP preoapitalario con aporte de oxígeno y se termina en la sala de terapia de cuidados intensivos avanzados dentro del hospital. Se hace algo que se llama un ‘tratamiento avanzado del trauma’. A una persona con hipotermia, como sería este caso, se ahorra el oxígeno que podrían consumir todas las células y se van al cerebro para protegerlo. Por eso se retrasa el proceso del ahogamiento. Todo el cuerpo se sacrifica por el cerebro. Esa vasoconstricción en el agua hace que vaya toda la sangre y oxígeno al cerebro”.
“Por más que estuviera a cuatro metros se podría haber rescatado a la persona. Pero en su accionar, más allá del defecto, hay una virtud en los hombres de prefectura porque podrían haber sido un accidente con dos o tres los ahogados. Imaginate si se tiraban por la presión de la gente que estaba ahí y no saben nadar. En ese punto, conocían sus limitaciones y no se arriesgaron a hacer algo que no sabían. Ellos fueron a la emergencia y eso ya habla bien. También puede ser que no lo hayan visto por el reflejo del agua. Tampoco tenían equipo de buceos, ni de rescate. Los debe haber agarrado de recontra sorpresa”, analizó Peresendan y remarcó que también hay una falla de cartelería precautoria.
Lo que se ve y escucha en el video
La grabación comienza luego de que el hombre se arroja al agua y lo muestra aún flotando mientras una lancha de Prefectura se acerca para auxiliarlo. “Pataleá, pataleá”, grita una mujer segundos antes de que la persona comience a hundirse. A continuación, el bote estaciona a escasos centímetros, mientras los testigos le piden desesperadamente a uno de los efectivos que viajaban a bordo: “Agarralo del pelo ¡Metete al agua!”.
A pesar de la escasa distancia a la que se encontraba del hombre, el prefecto que intenta ayudarlo no logra alcanzarlo y finalmente salta al lago, pero sin separarse de la lancha. Entonces, el cuerpo del joven se aleja mientras el personal realiza nuevas maniobras con la intención de aproximarse.
Después de varios segundos, la embarcación vuelve a acercarse al hombre y uno de los efectivos intenta llegar hasta él con un palo, aunque sin éxito. Poco después, el video se corta, mientras los testigos, atónitos, concluyen: “No saben nadar, ese es el tema”.
Fuente: Lanacion