Qué pasó con la Cámara de Ámbar, la habitación del Palacio de Catalina que fue robada por los nazis
Soldados alemanes desmantelaron el cuarto que era considerado la octava maravilla del mundo. El descubrimiento de un naufragio podría resolver el misterio.
En 2020 la empresa noruega de distribución eléctrica Statnett estaba realizando un barrido del mar báltico con un equipo dotado de un sonar para analizar el estado de la línea de potencia subterránea que se encuentra cerca de la costa del país. Fue en el contexto de esa tarea rutinaria que dieron con el naufragio del buque alemán Karlsruhe, que fue hundido por un torpedo de la marina británica durante la Segunda Guerra Mundial.
La nave se encuentra a 40 kilómetros de la ciudad noruega Ustka a 500 metros de profundidad. En los meses posteriores a su descubrimiento un equipo de buzos descendió hasta el lugar donde yace el buque y las imágenes que tomaron, bajo el análisis de los expertos, revelaron algo sorprendente: un cofre podría contener los restos de la Cámara de Ámbar, que fue desmantelada por los nazis durante la ocupación de San Petersburgo en 1941.
¿Qué es la Cámara de Ámbar?
Durante la ocupación del Tercer Reich de los países europeos durante la Segunda Guerra Mundial, se llevó adelante una operación hoy conocida como el expolio nazi: consistía en el robo de obras de arte y otros artículos de valor realizado por oficiales alemanes que muchas veces iban acompañados por expertos conservacionistas para no dañar las piezas durante los saqueos comandados desde Berlín.
Uno de los históricos edificios que sufrió el paso de los nazis fue el Palacio de Catalina. Estaba ubicado en San Petersburgo y era la residencia de veraneo de los zares de Rusia. Dentro de la imponente construcción había un cuarto muy especial que, por su singular belleza, era considerado la octava maravilla del mundo, este era la Cámara de Ámbar.
Sus paredes doradas brillaban por los enchapados de ámbar que tenían detalles en oro y estaban acompañados de espejos y gemas preciosas. Ocupaba 55 metros cuadrados y su construcción había requerido 6 toneladas de ámbar y el trabajo de expertos artesanos.
La construcción de la primera habitación empezó en 1701 y estuvo a cargo del escultor Andreas Schlüter por orden de Federico I, el primer rey de Prusia. En una primera instancia, se pensaba instalarla en el palacio de Charlottenburg, que se encuentra en Alemania, pero finalmente se decidió que su destino era el palacio de la ciudad de Berlín.
Años después el diseño original fue reconstruido en Rusia, por artesanos alemanes y rusos. Isabel I, la hija de Pedro I, decidió que se instalara en el Palacio de Catalina, donde finalmente fue robada por los nazis en 1941, cuando las tropas alemanas avanzaban en la Operación Barbarroja por orden de Adolf Hitler. El desmantelamiento se realizó en 36 horas y estuvo supervisado por dos expertos alemanes. Las autoridades soviéticas habían intentado moverla de lugar, pero ante el temor de romper sus partes, cedieron y tuvieron que dejarla en el palacio que fue ocupado por los nazis.
Pérdida del rastro
Ese mismo año la habitación fue expuesta en el Castillo de Königsberg, en la actual Kaliningrado. Estuvo en ese lugar por lo menos 3 años hasta 1943. En 1944 el edificio fue bombardeado por la fuerza aérea británica y sufrió extensos daños estructurales.
Si bien después de la guerra se perdió el rastro de la Cámara de Ámbar, existe una versión que indica que un buque alemán habría zarpado de la Kaliningrado con obras de arte que, por orden de Hitler, fueron trasladadas cuando el ejército alemán estaba desbordado y ya se auguraba la victoria de los aliados.
Documentos de la época indican que el barco zarpó de Königsberg “con mucha prisa” y una “gran carga”. Aproximadamente 1000 personas viajaban en el buque.
El descubrimiento por parte de los noruegos del Karlsruhe actúo como un catalizador para las versiones que tratan de esclarecer dónde se encuentra la dorada habitación de ámbar.
“El barco está prácticamente intacto. En sus bodegas descubrimos vehículos militares, porcelana y muchas cajas con contenido aún desconocido”, detalló Tomasz Stachura, uno de los buzos que participó de la expedición.
Según el diario británico The Guardian, el Karlsruhe era parte de la Operación Hannibal, una de las evacuaciones marítimas más grandes de la historia, que ayudó a más de un millón de soldados alemanes y civiles de Prusia Oriental a escapar del avance soviético en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial.
“Todo esto, en conjunto, estimula la imaginación humana. Encontrar el crucero alemán y las cajas con contenido aún desconocido descansando en el fondo del mar Báltico puede ser significativo para toda la historia”,declaró Tomasz Zwara, otro de los expertos que formó parte de la operación.
Por el momento, los trabajos de recuperación continúan para reflotar al Karlsruhe. Se espera que en los próximos meses se descubra que tiene en su interior, aunque por ahora tendremos que quedarnos con la pregunta: ¿Estará la Cámara de Ámbar hundida junto al buque alemán?
Fuente:Tn