Mercosur, UE y la crisis macro de Argentina, las claves del retorno de Lavagna a la escena pública

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El exministro de Economía, Roberto Lavagnareapareció en la escena pública, luego de tres años de ausencia, con un fuerte escepticismo de un avance real del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, debido a las asimetrías entre ambos bloques regionales y la “imposibilidad” de que los países europeos pongan en la mesa de diálogo herramientas concretas de acercamiento de posiciones. Hay otro componente central: la necesidad de la Argentina de enfocar sus esfuerzos en resolver la crisis económica, que lo quita, incluso, de la competitividad entre sus socios comerciales de la región.

Lavagna participó en el panel de cierre del seminario “Argentina y la Unión Europea: mirando juntos el futuro”, que pusieron en marcha en Buenos Aires la Organización de Estados Iberoamericanos (OIE) y la Embajada de España en el país. Compartió escena con el presidente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja; la exsecretaria de Comercio Exterior durante la gestión Cambiemos, Marisa Bircher; y el exviceministro de Economía y director de la consultora PxQ, Emmanuel Álvarez Agis.

Fue el más crítico y el más contundente de la mesa de especialistas. Sostuvo que el acuerdo entre ambos bloques regionales es desequilibrado y sólo puede alcanzar un punto de competitividad para ambas partes si es que se ponen sobre la mesa las bases de las diferencias históricas, o si se pone en marcha un plan de inversiones europeas en los países latinoamericanos que permitan achicar las diferencias competitivas. “Todos veríamos con un enorme interés y pasión de que estos dos bloques fueran capaces de alcanzar algún acuerdo equilibrado, pero pasaron 35 años y esto no ocurrió. Entonces, tratar de preguntarnos por qué no ocurrió para ver la viabilidad. Y no ocurrió porque nuestras economías no son complementarias, claramente», sentenció.

La desconfianza de la “fuga hacia adelante”

Durante su participación contrarrestó los argumentos de Bircher, quien fue una de las arquitectas del acuerdo cerrado entre el Mercosur y la UE en 2019, al que le falta la firma de los presidentes y, luego, el aval de los congresos de los países miembros. Lavagna dijo que ese entendimiento hubo “mucho de voluntarismo”, pero que “hoy se transformó en una situación de frustración”. También cosechó elogios de Álvarez Agis y dejó a Funes de Rioja más cerca del libre comercio que de la defensa de la industria nacional. Incluso, para algunos de los presentes, sorprendió la vehemencia anti acuerdo con que militó su discurso.

Una fuente de su entorno reconstruyó las sensaciones del fugaz regreso a la escena pública: “Apenas dije que sí, ya me arrepentí. Pero me lo pidió la Embajada de España, no podía decir que no”. Sucede que el exministro decidió salir de la cotidianidad para esquivar el debate de la grieta entre kirchneristas y macristas. Y si bien se lo vio dialogando con los presentes en los dos breaks que hubo en el auditorio de la sede porteña de la OIE, esquivó preguntas sobre el estado de situación de la economía doméstica. Su hijo Marco es director del Indec y asesor de confianza del ministro Sergio Massa, con quien mantiene un vínculo cotidiano, según pudo saber PERFIL.

Lavagna dio definiciones contundentes sobre el promocionado acuerdo entre el Mercosur y la UE. Se quejó de la “fuga hacia adelante”, propuesta en ese mismo foro en paneles anteriores, que ponen a la energía como un vector de entendimiento comercial ante las necesidades europeas y las ventajas regionales para responder a esas demandas, para dejar de lado las diferencias que existen en otros puntos sensibles, en torno con las exportaciones de materias primas y con valor agregados. “Europa tomó una decisión de economía política que es proteger a un sector vital de su economía y de su sociedad. Es legítimo y entendible dentro de las reglas”, afirmó, como modo de desestimar un cambio de posición del bloque comercial.

A Lavagna le preocupa el futuro inmediato de la Argentina

El exministro de Economía durante las gestiones presidenciales de Eduardo Duhalde y de los dos primeros años de Néstor Kirchner le restó importancia al acuerdo entre el Mercosur y la UE, y eligió poner a la crisis macroeconómica del país como eje para analizar la conveniencia de la continuidad del debate comercial. “El futuro de Argentina no depende del acuerdo con el Mercosur ni lo que pueda hacer con la Unión Europea. La magnitud de los problemas internos hace que estas sean discusiones importantes, pero no decisivas. El Brexit sirve para entender: Gran Bretaña no desapareció por haberse ido, pero sí se le complicó la situación económica en distintos planos”, sostuvo. Y a pesar de no haberse hecho ninguna mención, el postergado acuerdo del país con el Fondo Monetario Internacional sobrevoló el clima del auditorio en donde se realizó el evento.

Lavagna está preocupado por el futuro inmediato de la Argentina. “La gente no come palabras, sino el bienestar que una economía puede producir”, sostuvo, como modo de criticar al acuerdo con la UE por ser un debate que no tiene punto de anclaje en la agenda real de la sociedad, analizó. Según su entorno, es elogioso del proceso de estabilización que realizó Massa desde su llegada al Palacio de Hacienda hace poco menos de un año. Y descree que todos los planes para aplicarse después del recambio presidencial estén alineados en favor del mercado. “En enero hablamos”, suele decir, cuando le quieren sacar su parecer sobre el programa que debería tener el próximo jefe de Estado. “No va a hacer lo mismo Massa, (Horacio) Rodríguez Larreta o (Patricia) Bullrich”, aclara.

“No podemos pedir mucho y dar poco. Es lo que ocurre con la Unión Europea. Pide mucho con grandes temas, como la denominación de origen, con seguridad fitosanitaria y, ahora, con el pacto verde. Ahí está la inteligencia de introducir estas cosas, como el tema medioambiental”, se quejó Lavagna. Aunque, aclaró: “El esfuerzo hay que hacerlo, pero sobre bases realistas, de las cuales resulte un equilibrio conceptual, pero también de los números concretos, que son el comercio, las inversiones y demás… Si a la parte comercial le adosamos inversiones, que se concretan pari passu con lo comercial, puede haber equilibrio que beneficie a las dos partes”, destacó, como única salida a un acuerdo que promete sostener durante muchos años en términos congelados.

Fuente: Perfil

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