La dura historia de la mujer a la que un policía le dio dinero para que pueda comer

Teresa Corales es la protagonista de la historia que se conoció hace unos días en la que un policía le dio la plata de su billetera al verla desesperada por no tener dinero en su cuenta.
El gran gesto del efectivo policial Máximo Olivera (oriundo de San Carlos pero que cubría guardias en San Rafael) ocurrió en la puerta del Banco Nación de calle Las Heras. Teresa descubrió que apenas tenía 160 pesos, que el cajero exige retirar un mínimo de $500 y, como los bancos estaban cerrados, se quedaba sin nada para comprar comida.
La desesperación de la mujer fue evidente y generó el hermoso gesto del policía, que sacó lo que tenía en su billetera y se lo dio. Teresa hoy no tiene ingreso y no puede pagar su alquiler. Desde los 7 años comenzó a trabajar en tareas tan duras como los hornos de ladrillo, lo que le causó problemas en su columna.
En diálogo con FM Vos (94.5), contó cómo fue ese momento. “Me presenté un sábado al mediodía en el Banco Nación de calle Las Heras, voy en bici porque es lo único que tengo, la ato enfrente del banco y estaba el efectivo Máximo Olivera, le pregunté si sería tan amable de ayudarme con la tarjeta porque no la entiendo muy bien, me dijo que sí y cuando entro me ayudó”.
En la cuenta Teresa buscaba el ingreso por la garrafa social, pero al entrar a su cuenta vio que apenas tenía 160 pesos y ni siquiera podía sacarlos por el mínimo que tienen los cajeros automáticos para extracción. “Le dije al policía ‘qué va a ser, tendré que aguantar’, crucé donde tenía la bici y amablemente me preguntó para qué necesitaba el dinero; le dije que no soy jubilada y lo necesitaba para comer, se metió la mano en el bolsillo y puso el dinero en el canasto de la bicicleta”.
El gesto de Olivera se conoció en todos lados, ya que Teresa le preguntó el nombre y si podía sacarle una foto porque pensó en destacar el gesto. Esa es la foto que se viralizó del efectivo.
“Fue algo emocionante para mí, no me lo esperaba, yo me puse mal, se me corrieron las lágrimas, es un chico joven y son pocas las personas que tienen esas actitudes, lo hice público en Facebook. Algunos medios dijeron que soy jubilada, pero no es así, no tengo entrada de dinero y hoy no puedo pagar el alquiler, no tengo dinero”.
La realidad de Teresa es dura, en mayo cumple 61 años y no se ha podido jubilar. “Ahora no atienden en ANSES, no tengo cómo averiguar. Llevé los papeles a una contadora y por su cuenta recién me jubilaba para noviembre de 2021, así que no tengo esperanza, me falta mucho y mi desesperación hizo que Maxi, un chico muy joven, tuviera esa actitud conmigo”.
A Teresa le dieron ganas de abrazarlo, pero la distancia social que se necesita hoy para frenar el virus Covid-19 lo hizo imposible. Mientras pide que ojalá reconozcan en la Policía a su “salvador”, su realidad es aún más dura. Hasta ahora subsistía en parte con ayuda que le llevaban algunas personas, que ahora no pueden salir por la cuarentena.
“Algunas personas preguntaron mi domicilio y me llevaron un poco de mercadería, con eso estoy sobreviviendo. Me preocupa mi alquiler, porque no tengo entrada de dinero, las personas que me estuvieron ayudando están haciendo la cuarentena y no se pueden acercar. Uno es un veterano de guerra de Malvinas, me trae alimentos y me deja dinero”.
Teresa vive en Beltrán 1403, casi Reconquista. Hoy más allá del loable gesto del policía, no tiene ingresos y convive con una lesión en la espalda. Desde los 7 años empezó a trabajar en hornos de ladrillo, llevando carretillas con barro, en la cosecha de uva y de durazno. “Mi columna está destruida”, sentenció.